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Columna J

M∴R∴G∴L∴ HUMANISTA HENOCH

Columna B

Supremo Consejo Ave Fénix del Grado 33 y último del R∴E∴A∴A∴ para la Masonería Progresista y Humanista.

Lo que debes saber antes de realizar tu solicitud

Cuando por primera vez oímos a alguna persona decir: “Fulano es masón,” la primera pregunta que surge es: “¿Qué cosa significa ser masón? ¿Es una religión, o una secta, o un club filosófico, o un partido político, o qué?” Para intentar llenar esta información y a la vez contestar otras interrogantes tales como: ¿Cuáles son sus finalidades? ¿Cuál es su historia? ¿Cómo está organizada internamente? Saber si interviene en la política, o saber cuáles son las obligaciones y derechos de un masón, se escribió la presente publicación, para que tengas los conocimientos oficiales y decidas si te atrevas a ingresar a la Masonería.

Existen buenas obras de este tipo que ayudarán a quién desee obtener información específica sobre algún aspecto particular del tema. Lo que aquí nos hemos propuesto es presentar el panorama general, como lo haríamos ante quien nunca hubiese oído hablar de la Masonería. No se trata de una propaganda a favor ni en contra, sino simplemente una exposición escueta de hechos y datos fáciles de comprobar, pero que, hasta ahora, no estuvieron reunidos en un sólo lugar.

A pesar de que la Masonería es una institución de respetable antigüedad, y que de ella se han ocupado ampliamente historiadores, filósofos y escritores, existen en la actualidad una desorientación y desconocimiento casi completos de lo que realmente es esta organización que tiene sucursales en casi todo el mundo, y de cuáles son sus finalidades y qué medios usa para lograrlas.

La mayoría de quienes han escuchado en alguna ocasión referencias vagas a la institución Masónica, se la representan como una especie de mafia tenebrosa que se dedica a incorporar a sus filas a los oportunistas, los cismáticos, los hombres sin credo ni religión, los politicastros sin escrúpulos y a los incautos, para sus conspiraciones secretas. Se supone que el que el objetivo general de la actividad consiste en atacar la religión, y el secundario es conseguir puestos lucrativos en el gobierno, la industria, el comercio, o dondequiera que sus adeptos puedan introducirse con sus maniobras encubiertas. Se habla que la intimidación y el terror son las armas con que son manejados eficazmente en los juramentos de esta sociedad secreta, y aun brotan aquí y allá consejas que hablan de terribles y espeluznantes “venganzas masónicas.”

Muy distinta es la idea que se forman de la Masonería quienes han tenido trato con miembros de la institución. En muchos casos, han creído descubrir que se trata de gente inofensiva, incapaz de “matar una mosca,” idealistas y hasta ingenuos, que se reúnen semana a semana en sus “logias,” como otro lo hacen en el café o la cantina, para “darle su arreglada al mundo.” Como no se ve que para estas personas cambie en forma alguna su situación económica, ni que se realicen jamás los proyectos loables que dejan traslucir en sus pláticas, se deduce que la Masonería es una especie de club en que se vuelcan, en saludable “catarsis,” la frustración e impotencia de los ideales fallidos y las metas inalcanzadas, y se busca en la discusión libre de variados temas un desahogo a las inquietudes y cierto solaz en el intercambio de conceptos filosóficos.

Para quienes han asistido a ceremonias masónicas, o han leído artículos ilustrados de los fastuosos actos que se llevan a cabo, los masones quedan catalogados como una gente ociosa que vive en un mundo artificial de fantasía y teatralidad, reminiscente de la pompa y circunstancia de las órdenes de caballería medieval, sin más finalidad que la de conferirse mutuamente ridículos y altisonantes títulos que halagan su vanidad y darle variedad a la incolora mediocridad de la vida real.

Finalmente, hay quienes ven en la Masonería poco más que un club social, como los Rotarios o los Leones, aunque con un cierto sabor arcaico de misticismo, que únicamente sirve para darle y ambiente a las altruistas finalidades de ayuda mutua y solidaridad fraterna que se supone deben existir entre sus miembros.

Como puede verse, la imagen que se forja una mente que trata de juzgar una institución viéndola desde fuera, nunca puede ser exacta. En verdad, debemos admitir aún para muchos de los masones que forman parte de la institución, el concepto tampoco es muy claro, y ello se debe precisamente a que han transportado al campo masónico sus aspiraciones particulares y han convertido a sus logias en un reflejo de lo que esperaban encontrar en la Masonería.

Al solicitar su admisión, un candidato, en la Orden, se le pregunta si lo hace de su libre y espontánea voluntad; pero ¿cómo puede haber libre y espontánea voluntad de hacer algo, si se ignora lo que ello es? ¿Cómo puede jurarse el cumplimiento de una constitución y reglamentos se desconocen completamente? ¿Qué puede pensarse de un hombre que va comprometer su palabra de honor y su buen nombre sin haberse preocupado por investigar más a fondo las consecuencias de tal acto? La verdad es que escasean lamentablemente las fuentes fidedignas de información sobre lo que es y lo que no es la Masonería, y esta deficiencia no siempre se puede subsanar por medio de la interrogación directa, pues lo más probable es que se reciban contestaciones contradictorias y vagas por el temor de muchos masones a decir más de la cuenta, violando las normas de discreción que recomienda la Orden.

Tampoco se sale de apuros leyendo obras de consulta de filosofía masónica, o aún los rituales (si se consiguen), pues en toda la literatura que se publica se supone que el lector es masón y, por lo tanto, se omite todo aquello que ha de ser bien conocido; pero que es precisamente lo que más interesaría a al que tiene deseos de investigar la conveniencia o inconveniencia de iniciarse en la Masonería.

Quedará aún mucho por decir, y algunas cosas habrán de leerse entre líneas; pero tenemos la convicción leal de que no son las más importantes las que falten y que la información condensada en esta publicación será más que suficiente para el fin que se persigue, que es orientar debidamente a quienes desean conocer realmente lo que es esta institución mundial.